En todo este proceso los únicos que están mintiendo y confundiendo a la opinión pública son los representantes del PP y PA que se atreven a decir que la gestión mixta del Servicio de Aguas en los últimos años ha sido positiva, sin tener ningún informe que diga eso y cuando la realidad (quiebra técnica, pérdidas año tras año, subidas y subidas, ilegalidades contables, falta de control en las obras, etc.) dice lo contrario.
Se dice que no se va a privatizar, que es una empresa mixta, cuando en los propios pliegos de condiciones se especifica que: “las actividades incluidas en el Contrato serán desarrolladas y ejecutadas materialmente por los medios humanos, materiales y organizativos propios del socio privado”. Quizás no ‘se venda’, tal vez las palabras más exactas sean ‘se regala’, y por 25 años.
Ahora se achaca que no se puede crear una empresa pública por ley, cuando tranquilamente se pueden utilizar otras fórmulas como la gestión directa por el Ayuntamiento, a través de Mancomunidad (como se pretendía hacer con la basura antes que los intereses del Partido Popular apareciesen en escena) o utilizando una empresa pública municipal ya existente como Prouvisa (exactamente igual que como se pretende hacer con los servicios de la Oficina de Turismo, Jardinería u Obras). Se argumenta desde el Equipo de Gobierno en este último caso que nos vamos a ahorrar el IVA, el beneficio industrial y los gastos generales al gestionar esos servicios directamente y no a través de la empresa Biorreciclaje. Si este ahorro es considerable para una facturación de 100-200 mil euros, cuánto nos podríamos ahorrar en una facturación cercana al millón de euros del servicio de agua.
Se dice que el Ayuntamiento no puede asumir una inversión de 700.000 euros en Agua para los próximos 25 años, es decir, una inversión de 28.000 euros anuales, cuando en los últimos 15 años ha realizado con medios propios unas inversiones superiores a 44.000 euros al año. Además y teniendo en cuenta que dentro de nueve años finaliza el pago del Canon de Mejora actual, tenemos unas inmensas posibilidades de encontrar financiación para las obras importantes que se deban acometer.
Por último, desde Izquierda Unida no entendemos el miedo que se le tiene a las posibles represalias que pueda realizar la multinacional Aqualia contra el Ayuntamiento (poca confianza se tiene con el futuro socio), puesto que lo primero que se tiene que velar desde el Ayuntamiento es por los intereses de los ubriqueños y no los de esta empresa privada, en caso de que hubiese que indemnizar a Aqualia por los gastos de haberse presentado a la licitación, seguro que serán inferiores a lo que nos va a cobrar durante los próximos 25 años.