Estos días de Abril se han convertido en una verdadera Fiesta por la República.
Que en cierto modo mitigan el dolor de tantos españoles/as de todas las edades y condiciones sociales que pagaron con sus vidas, cuando no con el sufrimiento de la tortura, la cárcel o el exilio por el “delito” (Sacro Santo) de tener esperanza en su lucha y aspirar a tener Libertad, Trabajo y Justicia.
Y entre estos héroes y heroínas por la Libertad podemos encontrar personas de toda clase y condición.
Por encima de todo tenemos que destacar a ese pueblo trabajador, obrero y campesino principal beneficiario de las conquistas sociales que la República suponía en sí. A ello y de manera trascendental, por importante y necesario, se incorpora esa pléyade de científicos, artistas, profesionales e intelectuales y que ambos constituían los pilares básicos y robustos que sostuvieran la construcción del nuevo edificio republicano que albergaría como principal símbolo la igualdad en derechos de todos sus ciudadanos sin distinción de raza, sexo o creencias.
Sin olvidarnos, por justicia, de aquellas otras que perteneciendo a clases acomodadas o la burguesía habían escogido estar al lado del proletariado por dictado de su cons-ciencia.
Otro eslabón aunque no fue, por desgracia, lo suficientemente determinante como para que la República de los Trabajadores e Intelectuales no sucumbiera ante la barbarie, fueron aquellos militares que no abandonaron la causa republicana más que cuando fueron fusilados por la sublevación franquista, o degradados y “deshonrados” dieron con sus huesos en las cárceles o campos de trabajo por haber permanecido y combatido al lado de la legalidad republicana.
No hay más que asomarse a Internet para ver los cientos de actos programados en ciudades y pueblos por toda la geografía española. Es un clamor que no cesa y que aumenta por día. Que la educación y la cultura que llega al pueblo, crean conciencia de la realidad y nos impulsa de manera natural a reconquistar lo que se nos está quitando como ciudadanos y a configurar un futuro más limpio y justo.
Y esto se hace con programaciones de actos culturales, académicos, etc. que en muchísimos lugares ocupan semanas enteras difundiendo la idea de la República como vehículo de valores al servicio de la ciudadanía y rechazando desigualdades y privilegios.
En este acto homenajeamos a nuestros héroes y heroínas y conmemoramos el 82 Aniversario de la proclamación de la II República.
82 años en los que se incluyen los 8 años de República (1931/1939) donde 3 (1936/1939) lo fueron de Guerra Civil provocada por la sublevación del General Franco al que le siguió buena parte de los mandos del Ejército muy influenciados por sus allegados los terratenientes y la Iglesia (las tres partes que constituían una sola para defender sus intereses frente al pueblo trabajador).
Sublevación que se inicia cuando son las izquierdas políticas aglutinadas en la coalición electoral del Frente Popular las que ganan las elecciones con lo que suponía que la transformación cultural y económica de la sociedad iba a ser un hecho a constatar.
Pero ni esa sublevación, con todo el peso de ejército que tenía, hubiera sido suficiente para arrebatar ni la legalidad republicana ni la esperanza de un pueblo que se sentía triunfador por primera vez en su historia desde al menos un milenio, si no hubieran contado con las ayudas efectivas de tropas regulares, cuerpos de ejército y el moderno material de guerra proporcionado por el fascismo italiano de Mussolini y del nazismo alemán de Hitler.
A este final de la Guerra Civil le sigue casi 40 años de dura, muy dura, dictadura a la que los vencedores materiales habían llegado después de que se hubiera declarado como “Cruzada” y la instauración de la Inquisición como método para conseguir la depuración de sangre y de idea.
Sembrando el terror en ciudades, pueblos y aldeas en tal manera y con tanta intensidad que aún hoy en día entre muchas personas mayores aún mantienen en su cuerpo y en su mente el miedo incrustado y que muchos lo llevarán con ellos hasta el último suspiro. No sé si aún después.
En el 1er. Tercio del siglo XVII algo tan atroz como esta situación que rodeó a la naciente II República española y llamándole “Guerra Santa” o “Cruzada” también aquellos otros pobres y miserables (por lo de míseros) españoles fueron exterminados, rotas sus familias, robados sus hijos o expulsados de sus tierras y de su país si no se acogían sin ningún lugar a dudas al catolicismo renunciando a sus creencias y costumbres.
Y ahora vamos camino de cubrir otra etapa de otros casi 40 años en la que hemos accedido (o nos han dejado acceder), a través de un pasillo angosto y de poca luz; y por una puerta muy baja y estrecha, que la hemos bautizado como “Transición”. Y nos han instalado en una amplia habitación que se le da el nombre de “Democracia” “Debe ser una democracia muy mediocre porque no está sirviendo para resolver los verdaderos problemas de las personas y las familias”. En esta habitación o “democracia” la mayoría (los de en medio y los de más abajo) nos sentimos incómodos, indignados por cuanto estamos viendo que los privilegios no se han acabado y que los privilegiados pertenecen a las mismas familias de siempre, que el heredero de la corona lo es desde que nace, que los corruptos se están yendo de rositas, que los ladrones de guante blanco, vinculados o no a partidos políticos se están saliendo con las suyas y sin obligación de devolver ni lo robado ni lo defraudado, que el poder político y económico está resultando un tándem para que quienes sigan ampliando beneficios sean los poderosos de siempre y que los “recortes sociales”, los sacrificios y las penurias de todo tipo las sigamos padeciendo los de siempre también, los sectores sociales más débiles. Un sector que cada día que pasa es más numeroso.
En fin, que es una situación que está llevando a la sociedad a replantearse que lo que nos vendieron como “democracia” ha resultado un fiasco y lo que se está exigiendo es un cambio radical a este Estado de cosas:
- Para que la Justicia lo sea de verdad e igual para todos.
- Que los trabajadores, verdadero sostén del Estado, no se vean mendigando un empleo.
- Que las familias no puedan ser arrojadas de sus casas como si de animales se tratara (que ni estos siquiera).
- Que la igualdad en Derechos sea una realidad tangible.
- Que ni un amago de recorte en la Igualdad de Oportunidades para nuestros jóvenes.
- Que la Democracia lo sea en extensión y profundidad para que los ciudadanos se vean reflejados y protegidos por ella.
- Que la Educación, lo sea pública, universal, laica, gratuita y de calidad.
- Que ningún ciudadano pueda ser excluido en sus atenciones médico-sanitarias en cualquier orden o situación.
- Que los Servicios Esenciales para el desarrollo de la vida de los ciudadanos y la atención a sus necesidades no puedan ser ni gestionados ni concesionados como negocio por el sector privado.
- La asunción por los poderes públicos de responsabilizarse de acudir y socorrer a los ciudadanos en sus necesidades individuales o familiares como si de un Estado Social se tratara.
¡Que no nos arrebaten nuestros Derechos por una tercera vez!
¡Aunemos esfuerzos, garanticemos la victoria!
¡Basta de privilegios y de privilegiados! ¡De mentiras y de corrupción!
A ellos se lo debemos, pero también a nosotros, a los nuestros. Los que somos el 90% de esta sociedad. La inmensa mayoría de la ciudadanía española.
¡¡Ánimo y alta la cabeza y alta la guardia!!
Lo decimos y nos comprometemos aquí y ahora, en el Cementerio Municipal, junto al monolito erigido por nuestro Ayuntamiento en homenaje a los caídos por la Libertad y la Justicia y testimoniar esta realidad por el esfuerzo y el trabajo desarrollado por el Colectivo de Familiares de Fusilados de la Guerra Civil en la Sierra de Cádiz.
Ubrique, 14 de Abril de 2013
José García Solano
Portavoz de las organizaciones locales de Izquierda Unida y del Partido Comunista de Andalucía.