Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer este 8 de Marzo de 2012 los grupos municipales: Socialista, Popular, Andalucista y de Izquierda Unida Los Verdes Convocatoria por Andalucía del Ayuntamiento de Ubrique hemos consensuado el presente Manifiesto.

Reunida en Copenhague en 1910 la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, se proclamó el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, a propuesta de la dirigente comunista alemana Clara Zetkin, como una jornada de lucha por los derechos de las mujeres.

Fue en Marzo de 1911 cuando se celebra por primera vez el Día Internacional de la Mujer Trabajadora en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza exigiendo para las mujeres el derecho de voto y el de poder ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.

El 25 de Marzo de ese mismo año, 146 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes, murieron en el trágico incendio de la fábrica Triangle en Nueva York. A estas fechas hay que señalar otras de reivindicaciones  y tragedias: 1857 en Nueva York: Marcha de mujeres trabajadoras en protesta por las condiciones de su trabajo. 1908 en Nueva York: Mujeres trabajadoras, costureras industriales, se declaran en huelga; piden mejoras en sus condiciones laborales (Reducción de la jornada, aumento de salarios y el fin del trabajo infantil). Durante esta huelga 129 mujeres murieron quemadas en el incendio de la fábrica Cotton Textiles Factory (el incendio fue provocado por los mismos dueños de la fábrica).

El 8 de marzo de 1977 la oficina de la ONU declaró como “Día Internacional de Mujeres Trabajadoras” y el color para representar los esfuerzos de las mujeres que murieron es el lila.

Desde entonces ha habido avances importantes, ya que en la mayoría de los países se han ampliado los derechos jurídicos de las mujeres; y la violencia machista ha dejado de ser un asunto privado y hoy, dos tercios de las naciones  cuentan con leyes específicas que penalizan estas conductas.

Sin embargo, un siglo después, y pese a los logros alcanzados, la Igualdad de Derechos y Oportunidades no se ha conseguido plenamente.
El 70% de los pobres en el mundo son mujeres y casi el 60% de las personas adultas analfabetas también son mujeres. Las niñas, en muchas regiones del mundo, siguen teniendo menos posibilidades que los niños de ir a la escuela. Cada 90 segundos una mujer muere durante el embarazo o debido a complicaciones derivadas del parto que podrían evitarse. Las mujeres continúan ganando menos que los hombres por el mismo trabajo y, en muchos países, se enfrentan a discriminaciones en el acceso a la tierra y los derechos de herencia.

Hechos de continua denuncia por flagrante atentado a la integridad física y moral de la mujer como el que sufre por la ablación del clítoris, mutilación genital femenina por “razones culturales” 130 millones de mujeres han sufrido este horror en África.
La nefasta utilización de la feminidad y la sexualidad de la mujer en la publicidad comercial.
El sucio y criminal negocio internacional del tráfico de mujeres para obligarlas a trabajar como prostitutas o como esclavas.
La obligación del uso del burka o el niqab vulnera cualquier intento de igualdad entre hombres y mujeres y no se puede aludir a creencias ideológicas, religiosas o culturales para someter a la mujer a esa humillación.
Hechos tan altamente discriminatorios y vejatorios que constituyen los más claros atentados contra la intimidad y sensibilidad más profundas de la naturaleza humana.

En España, las mujeres siguen teniendo menor tasa de actividad y de ocupación y registran mayor índice de paro y temporalidad. Cobran de media un salario un 22% menos al de los hombres y quedan relegadas a los sectores menos productivos y las categorías profesionales más bajas, percibiendo por ello prestaciones menores por desempleo y jubilación. Estas circunstancias que merman la autonomía económica de las mujeres, afecta, consecuentemente, el ejercicio de sus libertades individuales.

La brecha salarial, el techo de cristal, la doble o triple jornada de trabajo, la dificultad de acceso a los puestos de decisión, el desempleo, el acoso o la doble discriminación continúan frenando el progreso de las mujeres. Y la situación de desigualdad trae aparejada la violencia que se ejerce contra ellas y que afecta gravemente a su pleno desarrollo y al de sus hijas e hijos.

Esta desigualdad compromete a toda la sociedad porque se desaprovecha el talento y el potencial de la mitad de la población y perjudica la calidad de la democracia, la fortaleza de la economía y la sostenibilidad de la paz.

La igualdad es clave para aprovechar el capital humano de las mujeres en lo público y el de los hombres en el ámbito de lo privado. Remover todos los obstáculos para su consecución, para hacerla realidad, es sin duda responsabilidad de los poderes públicos.

En el medio rural, las desigualdades de género se ven acentuadas. A pesar de las actuaciones puestas en marcha, queda mucha distancia por acortar. Por ello, debemos seguir avanzando en el camino emprendido con políticas diseñadas para superarlas.

Esto implica, necesariamente, el reconocimiento del trabajo realizado por las mujeres en el medio rural y del liderazgo  que deben ejercer en la vertebración de su entorno. Le permanencia de las mujeres en nuestros municipios  es la mejor garantía contra la despoblación progresiva.

La igualdad es crucial para un desarrollo equilibrado y sostenible. Sólo cuando las mujeres participen activamente y en igualdad en todos los sectores de la vida pública y privada tendremos una sociedad más justa.

Con esta exposición, la Corporación Municipal de Ubrique reunida en sesión plenaria y por unanimidad de todos sus miembros manifestamos la voluntad de conservar y hacer visibles los logros conquistados y de renovar nuestro compromiso en el avance por la igualdad en esta sociedad, activando políticas que incentiven el acceso de las mujeres al empleo y su promoción laboral y que actúen de forma efectiva en la erradicación de todas las formas de discriminación y violencia hacia las mujeres.

Ubrique, 29 de febrero de 2012